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Soy un autónomo y desde hoy vamos a encontrarnos en este blog que pone en marcha Grupo CG. Rastreando por internet no existen muchos blogs firmados por autónomos en tal condición, así, como suena, publicados por alguien que se presenta en sociedad como su propio jefe y empleado, como sufridor ante tantas dificultades, pero también como alguien ilusionado con levantar cada día la persiana de su propio negocio, motivado para encontrar ese nuevo cliente que aguarda a la vuelta de la esquina, y, sobre todo, con unas enormes ganas de ofrecer y dar soluciones a los que confían en ese profesional, a quienes lo han escogido en vez de recurrir a esas grandes empresas donde más que ser un cliente a menudo se pertenece a una estadística. Como escasean los blogs de autónomos que hablen de autónomos, pues he recogido el guante de la invitación de Grupo CG y aquí me podréis leer cada semana, donde podremos hablar de experiencias, dudas, oportunidades, tendencias o expectativas.

Le he dado muchas vueltas a qué contar en este primer artículo. Podría hablar de las últimas estadísticas, esas que hablan de los 207 autónomos que empiezan cada día en España, o que ya somos muchas decenas de miles y vamos a ser cada vez más en este poblado ejército de profesionales independientes que se tira a la calle cada día para trabajar, incluso que el futuro de la economía y del empleo pasan en gran medida por los profesionales independientes. Pero no puedo resistirme a escribir sobre las conclusiones de sendos estudios de las universidades de Harvard y Oxford, en los que se afirma que las tres características más importantes para trabajar en el futuro son la inteligencia personal, la creatividad y la precisión en la manipulación de instrumentos en actividades complejas. Para estos científicos, aquellos trabajos que puedan ser sustituidos por máquinas están condenados a desaparecer, y que son precisamente esas habilidades que las máquinas nunca podrán igualar al ser humano las que nos regalan un espacio de oportunidad profesional. Es más, estos sabios dicen que no pongamos tanto énfasis en conocimientos que las innovaciones disruptivas se van a cargar periódicamente, sino que estimulemos esas habilidades que nos harán más competitivos para encontrar nuestro hueco en el competitivo mundo de la economía. Como ejemplo, esos algoritmos que van a ir sustituyendo a los médicos en los diagnósticos, pero que no podrán sustituirlos a la hora de comunicar un diagnóstico, dar recomendaciones o hacer el seguimiento del paciente cambiándole la medicación porque la antigua le sienta mal.

El profesor Katz habla incluso de que vamos a una “economía artesanal” con empleos “a medida”, en los que primará el elemento humano. Para él, las palabras clave del futuro del empleo son empatía, creatividad y humanidad. Puede parecer que habla de los autónomos, pero se refiere al futuro del trabajo. Pero es obvio, hablando de dimensión humana, trabajo a medida, creatividad e inteligencia personal, que los autónomos derrochan experiencia, necesidad y sabiduría. Ya saben, el futuro es suyo, por si no lo sabían. Es lo que tiene ser un autónomo, estos humildes artesanos del empleo, ser uno de los protagonistas del futuro y soñar con lo que viene.