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Tengo un amigo, al que llamo en broma el gurú, que me atosiga con las nuevas tendencias empresariales y novedades tecnológicas más impactantes. Que si el big data, que si el posicionamiento seo, los marketplaces o las ventas por internet, toda una jerga que me genera más ansiedad que confianza. Yo intento explicarle que mi actividad como pequeño autónomo no da para esas ensoñaciones, pero él me regaña y me pone ejemplos de qué me puede pasar si no despierto y le echo imaginación a mi pequeño negocio. La verdad es que ayer consiguió sorprenderme, incluso me dejó cavilando un buen rato. Me contó mi amigo que una compañía de seguros británica ofrece un descuento del 50% en el precio del seguro del vehículo, más de 300£, si el asegurado permite monitorizar sus hábitos de conducción mediante una aplicación que se tiene que descargar en su teléfono móvil. Así, con los datos que se derivan del modo de conducir del asegurado, la compañía ajusta el precio de su póliza. Un ejemplo de cómo la obtención de información de clientes hoy es clave para fijar precios y generar ofertas comerciales.

La verdad es que había oído hablar mucho de eso que llaman el negocio del big data, o dicho en nuestro idioma, el beneficio económico que puede obtenerse de eso que la wikipedia llama Datos masivos, esa cantidad de información que supera la capacidad del software habitual para ser capturados, gestionados y procesados en un tiempo razonable. Pero que quieren que les diga, hasta ahora yo veía eso del big data como algo lejano, extraño, incluso con algo de desconfianza, porque eso de que haya por ahí alguien haciendo negocios con mi información, sin yo saberlo, no me inspira mucha tranquilidad. Pero es verdad que esa historia del seguro inglés me hizo pensar, me pregunté si entre ser una mera estadística o gestionar mis datos para que mi negocio saque algún aprovechamiento podría haber algún resquicio que me pudiera interesar.

Dando vueltas al asunto pensé, con los pocos datos de mi negocio, si yo podría sacarles más jugo que el mero acumular facturas de proveedores, extractos bancarios con mis ventas y declaraciones fiscales. Y de pronto vi una pequeña luz, si los grandes hablan de big data, por qué los autónomos no podemos hacerlo del “little data”. O dicho de otra manera, por qué no sacar parecido uso de mis propios datos que otros ya utilizan. Obtener más utilidad a la información de mi pequeña empresa para asuntos como pedir un crédito, para juntarme con otros para comprar mercancía a proveedores comunes, asociarme para conseguir ese tamaño que me permita vender mi mercancía en internet, o para que otros vendan sus productos a través de mi negocio y así reforzándolo de paso. El otro día me acerqué a mi asesor personal de Grupo CG, nos sentamos a revisar mi contabilidad y mis impuestos, y vi los papeles de siempre de otra manera. Contenían otra información que yo siempre había despreciado y que ahora veía como una mina a explorar. Se lo he contado a mi amigo el gurú y me ha respondido con media sonrisa, ¿ves cómo hay que fijarse en lo grande para encontrar oportunidades en lo pequeño?